
Mientras están atrapados en la telesilla, la patrulla de la montana apaga las luces en la noche; estos se dan cuenta inmediatamente que están en una situación de vida o muerte y comienza el pánico. Con la estación cerrada hasta el fin de semana siguiente, congelándose y casi en hipotermia, estos se ven forzado a tomar medidas desesperadas para escapar de la montaña.
Cuando logran bajar de la telesilla, descubren con horror que morir congelados es el menor de sus problemas. Estos combaten obstáculos inesperados y comienzan a preguntarse si su voluntad de sobrevivir es lo suficientemente fuerte para vencer las peores posibilidades de morir.
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