Las dos explosiones, que ocurrieron alrededor de 45 minutos de diferencia, provocaron pánico por toda ciudad mientras los residentes se reincorporaban al trabajo después del Domingo de Ramos, y despertó el temor de que los militantes islámicos al suroeste de Rusia, están cumpliendo sus amenazas de comenzar el lanzamiento de ataques en todo el país otra vez.
La primera explosión tuvo lugar poco antes de las 8, mientras las puertas se cerraban en un tren lleno en la estación de Lubyanka, ubicado en la sede del Servicio Federal de Seguridad, o FSB, el principal sucesor de la agencia de inteligencia de la Unión Soviética y la agencia de seguridad interna conocida como la KGB.
La segunda, menos potente explosión, se produjo en la estación de Kultury Park, cuatro paradas de tren desde la primera explosión, mientras los pasajeros salían del tren. Las autoridades dijeron que las pruebas hechas en los escenarios, incluyendo las partes de cuerpo descuartizados, indico que los atacantes eran mujeres que utilizaron un cinturón cargado con explosivos, así como pernos y barras de hierro que actuaron como balas mortíferas.
Refiriéndose a los ataques como "un crimen terrible en consecuencias y repugnante en motivo", el primer ministro Vladimir Putin interrumpió su viaje oficial a Siberia para regresar a la capital y prometió que: "Los terroristas serán destruidos."
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