El agua dulce es crucial para beber, lavar, cultivar alimentos, producir energía y casi para cualquier otro aspecto de la vida moderna. Sin embargo, más de 2 mil millones de los 7.6 mil millones de habitantes de la Tierra carecen de agua potable en el hogar.
Según un informe publicado el pasado junio por las Naciones Unidas, la mitad de la población mundial ya no tendrá agua potable para el 2050. Los dos principales factores que nos están empujando hacia este futuro son el crecimiento de la población mundial y el cambio climático.
India ha mejorado el acceso al agua en las áreas rurales, pero aún se mantiene en la parte superior de la lista por el gran número de personas, 163 millones, que carece de servicios de agua limpia. Etiopía, segunda en la lista con 61 millones de personas sin agua potable, ha mejorado sustancialmente desde la última medición en el 2000, pero todavía tiene un alto porcentaje de residentes totales sin acceso a agua potable.
La mayor parte del agua dulce del mundo se destina a la agricultura, principalmente a cultivos de irrigación, pero también a la cría de ganado y al cultivo de organismos acuáticos, como peces y plantas. A medida que la población mundial aumenta, la producción agrícola aumenta para satisfacer la demanda de dietas más variadas. En las últimas décadas, el aumento de la extracción de agua del suelo o de lagos y ríos se ha reducido, ya sea para la agricultura, las industrias o los municipios, pero aún superó la tasa de crecimiento de la población desde 1940.
"Simplemente no hay suficiente agua para satisfacer todas nuestras necesidades", dice Paolo D'Odorico, un científico ambiental de la Universidad de Berkeley, California, cuyo equipo analizó el nexo de comida-agua-energía en un artículo publicado en línea el 20 de abril en 'Reviews of Geophysics'.
A medida que los gases de efecto invernadero se acumulan en la atmósfera de la Tierra, atrapando el calor y alterando el clima y el clima del planeta, el agua se volverá aún más escasa. El aumento de las temperaturas globales altera los patrones climáticos y cambia la forma en que el agua circula entre el suelo y la atmósfera.
Los eventos extremos, como las inundaciones y la sequía, se están volviendo más comunes en nuestro planeta. Eso significa más agua en lugares donde las personas no la necesitan, y menos agua donde la necesitan.
Las ciudades soportarán la mayor parte de la escasez de agua en el futuro. A principios de este año, parecía que las 4 millones de personas que viven en Ciudad del Cabo, Sudáfrica, se quedarían sin agua. Los funcionarios del gobierno calcularon que el agua potable se acabaría en Abril, y solo a través de medidas de conservación tardías y desesperadas, como recortar la cantidad de agua para irrigar los cultivos, los residentes de la ciudad pudieron sostenerse hasta el comienzo de la temporada de lluvias en mayo.
Para el año 2050, entre 3.5 y 4.4 millones de personas en todo el mundo vivirán con acceso limitado al agua, y más de mil millones de estas personas en ciudades.
Es evidente pues que tenemos que cambiar nuestra conducta hacia el medio ambiente y el consumo de agua. Debemos exigir que los funcionarios de gobiernos trabajen diligentemente uno con otros países para intentar cambiar nuestro curso.
Fuente: Science News Org
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