De acuerdo a un nuevo estudio publicado PNAS los niveles de inteligencias están disminuyendo con cada generación.
El documento, escrito en conjunto por Bernt Bratsberg y Ole Rogeberg del Centro de Investigación Económica Ragnar Frisch en Oslo, Noruega, analizó los resultados de las pruebas de inteligencia de más de 730,000 hombres noruegos. Todos los hombres se habían reportado para el servicio nacional entre 1970 y el 2009, para lo cual se lleva a cabo una prueba obligatoria de cociente intelectual.
El análisis mostró que los hombres nacidos en 1962 tenían puntajes más altos que los nacidos en 1991. Los nacidos en 1991 obtuvieron cinco puntos menos que los nacidos en 1975, y tres puntos menos que los nacidos en 1962. Esto es lo opuesto a lo que sucedió durante gran parte del siglo veinte, cuando las puntuaciones de CI aumentaron en torno al 3% anual.
Esto se conoce como el Efecto Flynn, llamado así en honor a James Flynn, el científico que descubrió la tendencia. Su investigación, publicada en 1981, mostró que los puntajes de cociente intelectual habían aumentado de manera constante durante el siglo XX, con una brecha de 18 puntos en dos generaciones. Flynn llegó a la conclusión de que esto se debía a la cultura: la sociedad en su conjunto se había vuelto más inteligente a medida que se enfrentaba a ideas más grandes.
Aún no se sabe qué está causando la caída en el coeficiente de inteligencia. El estudio incluyó diferentes generaciones de la misma familia, lo que sugiere que el declive no es genético: los niños se desempeñan peor que sus padres.
Los autores del estudio sugieren que podría deberse a factores ambientales. Estos pueden incluir cualquier cosa, desde lo que comemos, al aire que respiramos, a otras decisiones diarias diarias en nuestro estilo de vida. Podría ser que a medida que la tecnología completa más y más tareas nos volvamos menos inteligentes. Posiblemente se deba a cambios en cómo se enseñan las matemáticas y los idiomas, o incluso porque pasamos tanto tiempo en teléfonos inteligentes y computadoras.
La caída en los puntajes de CI no se limita a los noruegos: los autores dicen que esta tendencia es evidente en varios otros países.
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