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| Image: Associated Press |
El Templo Satánico se ha convertido en una espina en el costado de los funcionarios conservadores que esperan preservar una estatua religiosa recién erigida en Arkansas.
La organización, que funciona como una religión no teísta y un grupo político activista, ha condenado repetidamente la decisión de develar el monumento de los Diez Mandamientos fuera del edificio del capitolio estatal de Arkansas el año pasado.
Su manifestación más impactante llegó esta semana en la forma de un monumento propio: los Satanistas llevaron una estatua de bronce de más de un metro ochenta de altura representando a Baphomet -una figura del demonio con cabeza de cabra- al edificio del capitolio del estado el jueves, atrayendo contra manifestantes cristianos y la reacción de los funcionarios republicanos.
El señor Rapert, un senador republicano describió a los satanistas como "extremistas". Este senador fue el que patrocinó el proyecto de ley que propuso erigir el monumento a los Diez Mandamientos en los terrenos del edificio del capitolio en 2017.
El monumento de Baphomet solo fue permitido temporalmente cerca del edificio del capitolio, pero el Templo Satánico ha pedido a los funcionarios locales que lo conviertan en una estructura permanente.
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